domingo, 4 de mayo de 2014

La evaluación del aprendizaje


Por José Luis Marrero
@joseluismarrero

El arma más valiosa que todo educador debe poseer es el conocimiento de lo que su quehacer produce en los alumnos. La evaluación, y los principios en los que se fundamenta, ha sido muy discutida y enjuiciada en diversos momentos de la historia de la educación. Pero algo hemos aprendido y valoramos como imprescindible: nos permite conocer qué hemos hecho, cuánto nos ha costado conseguirlo y qué se nos ha quedado en el camino para que nos sintamos empujados a encontrar nuevas formas de alcanzar los objetivos inacabado.

Por esta razón, el iPad se nos puede convertir en un instrumento clave dado que nos permite la recogida de información de un modo más directo y eficiente. Hay múltiples modos pero quería ahora destacar el hecho de convertirse en un útil contenedor de las evidencias que suponen los trabajos de los alumnos. La evaluación formativa, aquella que estudia la adquisición de destrezas y objetivos a lo largo del quehacer docente-discente, posee aquí un gran aliado que aportará mucha información al profesor. Los ya conocidos “portfolios electrónicos” pueden apoyarse y desarrollarse ampliamente en diversas aplicaciones que funcionan muy ágilmente sobre el iPad como son showbie, evernote, dropbox, etc.


La evaluación final tiene también grandes aplicaciones en las que desarrollarse adecuadamente. Merecen la pena ser nombradas grandes ejemplos como socrative, nearpod o eclicker. Todas ellas ofrecen al profesor la posibilidad de recibir información inmediata de las pruebas evaluadoras a las que los alumnos se someten.

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